ESTADOS UNIDOS LE ESTA GANANDO LA GUERRA A RUSIA II
EL INICIO DE LA GUERRA DE ESTADOS UNIDOS
CONTRA RUSIA
Al único que le sirve una guerra larga en Ucrania es a
Estados Unidos, no a Rusia. La primera economía del mundo se encuentra en mejor
posición para soportar este esfuerzo que la octava.
De hecho, los estadounidenses vienen sometiendo a una lucha de larga duración a
los rusos desde el fin de la segunda guerra mundial. El avance militar que hoy
los tiene a las puertas de Rusia comenzó por aquellos años. Fue Washington el que
comenzó lo que se conoce como guerra fría.
Según deja constancia Truman en sus memorias, en una reunión mantenida el 20 de abril de 1945 (ocho días después de su toma de posesión como presidente y dos días antes de su primera entrevista con el canciller soviético Molotov) el embajador estadounidense en la URSS le comentó que, “el gobierno soviético no deseaba romper con Estados Unidos porque necesitaba nuestra ayuda en su programa de reconstrucción. Consideró que, por esta razón, podríamos mantenernos firmes en cuestiones importantes sin correr riesgos graves”. Truman le dijo que sabia “que los rusos nos necesitaban más que nosotros a ellos” (Memorias de Harry Truman, Year Of Decisions Vol I, 1955, 86-87).
Los
soviéticos habían ganado la guerra, pero necesitaban desesperadamente toda la
ayuda económica que pudieran conseguir para reconstruir su país, y la única
nación que se las podía otorgar era Estados Unidos. Los norteamericanos habían
casi duplicado sus exportaciones y PBI con respecto a antes de la guerra. La
producción industrial durante el conflicto creció un 15% anual. Poseían dos
terceras partes de las reservas mundiales de oro y concentraban tres cuartas
partes de las inversiones de capital. Su economía producía un 50% de los
productos y servicios del planeta. Esto los coloco en una posición de debilidad
a la hora de rediseñar el futuro del nuevo orden internacional reservado para
el bando victorioso: necesitaban mantener las buenas relaciones con occidente. Esta
precaria situación de postguerra obedece a que la URSS no había elegido
estratégicamente el conflicto, fue una pelea por su supervivencia; tal como ocurre
hoy con la guerra ucraniana. Y que se halla alzado con la victoria no cambia
esa realidad.
Truman estaba decidido a que Estados Unidos mantuviera una cuota de poder
en el este europeo. En la mencionada reunión con Molotov le exigió la inclusión
en el nuevo gobierno polaco de representantes del gobierno de aquel país en el
exilio en Londres, de carácter totalmente anticomunista (Memorias de Harry
Truman, 96-99). A mediados de septiembre de 1945, el secretario de
Estado James Byrnes le exigió al canciller soviético la implementación de una
política aperturista en Europa oriental. De esta forma, mientras Estados Unidos
imponía regímenes afines en el oeste europeo, demandaba a la URSS una política
diferente. Fue así como, pese a que al finalizar la guerra el ejército
soviético ocupaba Polonia, Rumania, Checoslovaquia, Hungría y Bulgaria, Stalin
accedió a la exigencia estadounidense y en la Europa liberada por los
soviéticos instauró gobiernos afines (incluida Polonia), pero sin predominio de
los comunistas.
Las dictaduras comunistas serian
instaladas en el transcurso de 1947, cuando Estados Unidos ya ni se preocupaba
en disimular públicamente su hostilidad contra la URSS. Tan cierto como que la pretensión
de Moscú de disponer de sus vecinos era una muestra indisimulada de
imperialismo, cierto era que los rusos habían sido invadidos por occidente dos
veces en los últimos veinticinco años. Claramente, por más repudiable que fuese,
su accionar era de carácter defensivo.
Pero la presión de Washington
se intensificó decididamente cuando Truman fue informado, a mediados de julio
de 1945, de que ya contaban con la bomba atómica. Ahora Estados Unidos podía
avanzar en solitario sin preocuparse de los intereses soviéticos. Así fue que
echaron a las tropas soviéticas de Irán en mayo de 1946. En el país persa los
soviéticos mantenían intereses espurios -al igual que los estadounidenses y los
británicos, Stalin deseaba explotar los yacimientos iranies-; pero también
preocupaciones defensivas, ya que el país persa hacia frontera con el sur de la
URSS. Cuando el 2 de marzo de aquel año llegó la fecha límite para la retirada,
y aún permanecían algunos soldados en suelo iraní, Truman amenazó con la guerra.
Truman concluyó que cuando los soviéticos se enfrentan a una fuerza superior,
retroceden, por lo que decidió aprovechar su ventaja. En mayo interrumpió él
envió de materiales para reparaciones desde Alemania Occidental, que los
soviéticos necesitaban desesperadamente. En julio dejó tropas en Corea del Sur;
mientras que, en agosto, decidió mantener presencia naval en el mediterráneo
oriental.
La decadencia británica también hizo
que el imperialismo estalinista pusiera sus ojos en los estrechos de Turquía,
que le darían acceso al Mediterráneo, y que en el Kremlin entendían que era
otra de las concesiones que Roosevelt y Churchill le habían otorgado. Pero
estas aspiraciones jamás se concretarían. A partir de 1947, Estados Unidos pasó
a liderar el domino occidental de la región. Comandó la batalla contra la
izquierda griega y se ocupó de la modernización del ejército turco. Pero el
congreso era reacio a aprobar el oneroso plan de Truman para estos países, además,
los soviéticos habían cesado hacía tiempo sus pruebas militares en el
Mediterráneo y la tensión entre ambas naciones había disminuido. Para aprobar
su campaña global contra el comunismo, el presidente decidió asustar a la gente
convirtiéndola en una lucha entre libertad y totalitarismo. En su intervención ante las dos cámaras del
parlamento estadounidense, en marzo de 1947, Truman solicitó cuatrocientos
millones para financiar sus planes en Grecia y Turquía, y declaró que había que
apoyar “a los pueblos libres que resisten el sojuzgamiento de minorías armadas
o las presiones del exterior”. Esta formulación es la que a partir de ese momento
paso a conocerse como la Doctrina Truman. El Congreso aprobó el plan. En junio de 1947 Estados Unidos comenzó a
enviar personal militar a Grecia. En el mismo año Estados Unidos también
reforzó su presencia militar en Turquía, apuntalando la capacidad del gobierno
de este país para impedir una ofensiva soviética en la región.
Mientras tanto, en
Alemania, a fines de junio de 1948 Estados Unidos aplicó una reforma monetaria
en los tres sectores occidentales del Berlín ocupado. La medida fue considerada
por los soviéticos como un paso importante hacia la instauración de un Estado
occidental alemán independiente y remilitarizado, así como una traición a la
promesa estadounidense de que las regiones occidentales (más prosperas)
ayudarían económicamente al destruido este del país. También lo tomaron como
una descarada provocación directa. Es que el Berlín ocupado por los occidentales
se encontraba incrustado en plena zona soviética, a más de ciento cincuenta
kilómetros de los territorios alemanes ocupados por Washington, Londres y
Paris. Aprovechando esta posición, la URSS cortó los accesos por ferrocarril y
carretera, bloqueando Berlín. Stalin adujo que esos accesos se basaban en los
acuerdos de guerra que establecían una comisión de control aliada tripartita
como autoridad suprema de una Alemania unida; la medida, desde su punto de
vista, destruía este marco de consenso, por lo que perdían el derecho de paso.