EEUU CELEBRA A LOS TERRORISTAS SIRIOS (I)
El 8 de diciembre, cuando se supo que los yihadistas del Hay’at Tahrir al-Sham (HTS) habían derrocado a la dictadura de Al Assad, el presidente estadounidense, Joe Biden, expresó: “La caída del régimen es un acto fundamental de justicia. Es una oportunidad histórica para que el sufrido pueblo de Siria construya un futuro mejor para su orgulloso país. También es un momento de riesgo e incertidumbre. Mientras todos nos planteamos la cuestión de qué viene después”.
“Permaneceremos alerta. No se equivoquen: algunos de los grupos rebeldes que derrocaron a Al Assad tienen su propio y sombrío historial de terrorismo y abusos contra los derechos humanos. Hemos tomado nota de las declaraciones de los líderes de estos grupos rebeldes en los últimos días. Ellos están diciendo las cosas correctas ahora, pero a medida que asuman una mayor responsabilidad, evaluaremos no sólo sus palabras, sino también sus acciones.”
Sin embargo, a pesar de que “es un momento de considerable riesgo e incertidumbre, también creo que es la mejor oportunidad en generaciones para que los sirios forjen su propio futuro libre de oposición”. Y agregó, “sería un desperdicio de esta oportunidad histórica si un tirano fuera derrocado, sólo para ver surgir uno nuevo en su lugar. Por lo tanto, ahora corresponde a todos los grupos de oposición que buscan un papel en el gobierno de Siria demostrar su compromiso con los derechos de todos los sirios, el Estado de derecho y la protección de las minorías religiosas y étnicas”. Para el mandatario, “estos últimos días han sido históricos, pero son los días venideros los que determinarán el futuro de este país”.
Ese mismo día, su Secretario de Estado, Antony Blinken, afirmó en un comunicado que, “después de 14 años de conflicto, finalmente, el pueblo sirio tiene un motivo para esperanzarse”. También aseguró que, “Estados Unidos apoya firmemente una transición pacífica del poder a un gobierno sirio responsable, a través de un proceso inclusivo liderado por Siria”. El texto oficial finalizaba remarcaba lo dicho por Biden: “Hemos tomado nota de las declaraciones hechas por los líderes rebeldes en los últimos días, pero a medida que asuman una mayor responsabilidad, evaluaremos no sólo sus palabras sino sus acciones. Nuevamente hacemos un llamado a todos los actores para que respeten los derechos humanos, tomen todas las precauciones para proteger a los civiles y respeten el derecho internacional humanitario.”
Por su parte, desde Francia, también se refirió a la situación Emmanuel Macron. “El estado bárbaro ha caído. Por fin”. “Rindo homenaje al pueblo sirio, a su valentía, a su paciencia. En este momento de incertidumbre, les envío mis deseos de paz, libertad y unidad. Francia seguirá comprometida con la seguridad de todos en el Medio Oriente”, publicó en sus redes sociales.
A su vez, la jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas, dijo que el fin del régimen de Al Assad era un “desarrollo positivo y esperado”. Y añadió, que estaba en contacto estrecho con ministros de la región. “Nuestra prioridad es garantizar la seguridad en la región. Trabajaré con todos los socios constructivos, en Siria y en la región”, dijo. “El proceso de reconstrucción de Siria será largo y complicado y todas las partes deben estar listas para comprometerse de manera constructiva”.
En tanto que, desde Alemania, el canciller Olaf Sholz,
calificó de “buena noticia” el fin del régimen sirio, el cual “oprimió
brutalmente a su gente”, publicó la BBC.
Arabia Saudita expresó que, “el Reino afirma su apoyo al hermano pueblo sirio y sus elecciones en esta etapa crítica de la historia de Siria, y hace un llamado a los esfuerzos concertados para preservar la unidad del épico pueblo sirio, de manera que los proteja –si Dios quiere– de caer en el caos y la división”. Según la CNN, “El reino dijo que estaba satisfecho con los ‘pasos positivos’ tomados para garantizar la seguridad del pueblo sirio mientras las fuerzas rebeldes tomaban Damasco, poniendo fin al largo mandato del presidente Bashar al-Assad”.
El mismo 8 de diciembre, el primer ministro de Israel, Benjamin
Netanyahu, afirmó que “este es un día histórico en la historia del Medio
Oriente”.
En tanto que, desde Turquía, el ministro de Exteriores, Hakan Fidan, expresabaal día siguiente, que “los acontecimientos de ayer en Siria nos han dado un
rayo de esperanza”. “Esperamos que los actores internacionales, especialmente
la ONU, tiendan la mano al pueblo sirio y apoyen el establecimiento de una
administración integradora”, agregó. “Llegados a este punto, ha comenzado una
nueva era en Siria. Ahora es necesario centrarse en el futuro”.
Estas exhortaciones al respeto de los derechos humanos, la
condena del terrorismo y el respeto a un proceso transparente e inclusivo
-condicionando el apoyo a los rebeldes al cumplimiento de estos principios-, se
repetirá en todas las declaraciones del gobierno estadounidense y sus aliados.
Sin embargo, resulta absurdo pedirles tal compromiso a los integristas
islámicos, a los sucesores del ISIS y Al Qaeda. De hecho, la primera vez que desde
Washington se refirieron a los acontecimientos en Siria -el 30 de noviembre, a
través del vocero del NSC, Sean Savett-, se deslindaron de toda
responsabilidad, diciendo que, “Estados Unidos no tiene nada que ver con esta
ofensiva, que está dirigida por Hay’at Tahrir al-Sham,
una organización designada como terrorista”.
El 10 de diciembre, el encargado de la política exterior del gobierno de Biden señalaba que, “Estados Unidos reafirma su pleno apoyo a una transición política liderada y controlada por los sirios”. También se podía leer: “El pueblo sirio decidirá el futuro de Siria. Todas las naciones deben comprometerse a apoyar un proceso inclusivo y transparente y abstenerse de interferencia externa. Estados Unidos reconocerá y apoyará plenamente un futuro gobierno sirio que resulte de este proceso”.
Ese mismo día, Geir Pedersen, el enviado de la ONU al país árabe advirtió, “Siria está frente a una encrucijada que ofrece grandes oportunidades y graves riesgos”. Ante la prensa en Ginebra aseguró que, por el momento, el HTS y otras agrupaciones han emitido declaraciones tranquilizadoras, de acuerdo a lo publicado por la ONU. “Hay una oportunidad real para el cambio, pero esta oportunidad debe ser aprovechada por los propios sirios y apoyada por la ONU y la comunidad internacional”, insistió.
A propósito del respaldo internacional y de la dificultad que la designación del HTS como grupo terrorista puede implicar, Pedersen manifestó: “Hay que examinar los hechos y ver lo que ha sucedido durante los últimos nueve años. Han pasado nueve años desde que se adoptó esa resolución [clasificando a los grupos terroristas] y la realidad hasta ahora es que el HTS y los demás grupos armados han estado enviando mensajes positivos al pueblo sirio, mensajes de unidad, de inclusión”.
El 12 de diciembre fue el turno de los países agrupados en el G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) de sentar posición sobre lo que estaba ocurriendo en el país árabe. “Reafirmamos nuestro compromiso con el pueblo de Siria y brindamos nuestro pleno apoyo a un proceso de transición política inclusivo, liderado y controlado por los sirios”, declaraban en un comunicado. “Estamos dispuestos a apoyar un proceso de transición bajo estos marcos, que conduzca a una gobernanza creíble, inclusiva y no sectaria, que garantice el respeto del Estado de derecho, los derechos humanos universales, incluidos los derechos de las mujeres”. Además, se comprometían a que “el G7 trabajará y apoyará plenamente un futuro gobierno sirio que cumpla con esos estándares y sea el resultado de ese proceso”.
“Denunciamos el terrorismo y el extremismo violento en todas sus formas. Tenemos la esperanza de que cualquiera que busque un papel en el gobierno de Siria demuestre un compromiso con los derechos de todos los sirios”, cierra el documento.
Ni en Washington ni en Europa soslayan la naturaleza
yihadista del HTS y sus aliados, tampoco ocultan sus dudas sobre lo que un
gobierno de estos grupos puede traer aparejado. No obstante, cual pase de
magia, son capaces de hacer tabula rasa, olvidar su pasado y otorgarles cierto
crédito para lo que viene. Porque no es solo que Occidente este celebrando la
caída de una sanguinaria dictadura, sino que están festejando el arribo de las
nuevas autoridades. No se puede celebrar la caída de una tiranía a manos de
otra tiranía -eso es solo un cambio de nombres, no de régimen-, como bien
reconocen en Estados Unidos y Europa.
Como sea, el reconocimiento internacional no se detuvo ahí. El 14 de diciembre, el rey de Jordania, Abdullah II, convocó a su país a los representantes de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Qatar, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Unión Europea, el Grupo de Contacto Árabe en Siria y a la ONU. Estos, publicaron una declaración en la que se “afirmó el pleno apoyo al pueblo sirio en este momento crítico de su historia para construir un futuro más esperanzador, seguro y pacífico.” Además de señalar que “Siria finalmente tiene la oportunidad de poner fin a décadas de aislamiento. Están comprometidos a apoyar y trabajar con el pueblo sirio mientras se embarca en esta transición sin precedentes”. Y en la que se “exigió el respeto por parte de todos de la soberanía de Siria y su unidad, así como su integridad territorial, de conformidad con los principios de la Carta de la ONU.”
En una conferencia de prensa en Jordania, Blinken confirmó por primera vez la interacción directa del gobierno estadounidense con el HTS. “Sí, hemos estado en contacto con HTS y el resto de las partes”, aseguró el Secretario de Estado. Blinken no dio detalles sobre cuándo se realizó el contacto o a qué nivel, señaló la CNN; que, sin embargo, se apresuró a aclarar que “no hay barreras legales para hablar con un grupo designado como terrorista”.