lunes, 30 de octubre de 2023

 

ESTADOS UNIDOS LE ESTA GANANDO LA GUERRA A RUSIA II

 

EL INICIO DE LA GUERRA DE ESTADOS UNIDOS 

CONTRA RUSIA

Al único que le sirve una guerra larga en Ucrania es a Estados Unidos, no a Rusia. La primera economía del mundo se encuentra en mejor posición para soportar este esfuerzo que la octava. De hecho, los estadounidenses vienen sometiendo a una lucha de larga duración a los rusos desde el fin de la segunda guerra mundial. El avance militar que hoy los tiene a las puertas de Rusia comenzó por aquellos años. Fue Washington el que comenzó lo que se conoce como guerra fría.  

Según deja constancia Truman en sus memorias, en una reunión mantenida el 20 de abril de 1945 (ocho días después de su toma de posesión como presidente y dos días antes de su primera entrevista con el canciller soviético Molotov) el embajador estadounidense en la URSS le comentó que, “el gobierno soviético no deseaba romper con Estados Unidos porque necesitaba nuestra ayuda en su programa de reconstrucción. Consideró que, por esta razón, podríamos mantenernos firmes en cuestiones importantes sin correr riesgos graves”. Truman le dijo que sabia “que los rusos nos necesitaban más que nosotros a ellos” (Memorias de Harry Truman, Year Of Decisions Vol I, 1955, 86-87).

Los soviéticos habían ganado la guerra, pero necesitaban desesperadamente toda la ayuda económica que pudieran conseguir para reconstruir su país, y la única nación que se las podía otorgar era Estados Unidos. Los norteamericanos habían casi duplicado sus exportaciones y PBI con respecto a antes de la guerra. La producción industrial durante el conflicto creció un 15% anual. Poseían dos terceras partes de las reservas mundiales de oro y concentraban tres cuartas partes de las inversiones de capital. Su economía producía un 50% de los productos y servicios del planeta. Esto los coloco en una posición de debilidad a la hora de rediseñar el futuro del nuevo orden internacional reservado para el bando victorioso: necesitaban mantener las buenas relaciones con occidente. Esta precaria situación de postguerra obedece a que la URSS no había elegido estratégicamente el conflicto, fue una pelea por su supervivencia; tal como ocurre hoy con la guerra ucraniana. Y que se halla alzado con la victoria no cambia esa realidad.

Truman estaba decidido a que Estados Unidos mantuviera una cuota de poder en el este europeo. En la mencionada reunión con Molotov le exigió la inclusión en el nuevo gobierno polaco de representantes del gobierno de aquel país en el exilio en Londres, de carácter totalmente anticomunista (Memorias de Harry Truman, 96-99). A mediados de septiembre de 1945, el secretario de Estado James Byrnes le exigió al canciller soviético la implementación de una política aperturista en Europa oriental. De esta forma, mientras Estados Unidos imponía regímenes afines en el oeste europeo, demandaba a la URSS una política diferente. Fue así como, pese a que al finalizar la guerra el ejército soviético ocupaba Polonia, Rumania, Checoslovaquia, Hungría y Bulgaria, Stalin accedió a la exigencia estadounidense y en la Europa liberada por los soviéticos instauró gobiernos afines (incluida Polonia), pero sin predominio de los comunistas.

Las dictaduras comunistas serian instaladas en el transcurso de 1947, cuando Estados Unidos ya ni se preocupaba en disimular públicamente su hostilidad contra la URSS. Tan cierto como que la pretensión de Moscú de disponer de sus vecinos era una muestra indisimulada de imperialismo, cierto era que los rusos habían sido invadidos por occidente dos veces en los últimos veinticinco años. Claramente, por más repudiable que fuese, su accionar era de carácter defensivo.

Las intenciones estadounidenses contra la Unión Soviética quedaron más en evidencia cuando Washington decidió apuntalar la recuperación de Alemania, en abierta confrontación con Moscú, que temía su revitalización y preferían a los germanos débiles.

Pero la presión de Washington se intensificó decididamente cuando Truman fue informado, a mediados de julio de 1945, de que ya contaban con la bomba atómica. Ahora Estados Unidos podía avanzar en solitario sin preocuparse de los intereses soviéticos. Así fue que echaron a las tropas soviéticas de Irán en mayo de 1946. En el país persa los soviéticos mantenían intereses espurios -al igual que los estadounidenses y los británicos, Stalin deseaba explotar los yacimientos iranies-; pero también preocupaciones defensivas, ya que el país persa hacia frontera con el sur de la URSS. Cuando el 2 de marzo de aquel año llegó la fecha límite para la retirada, y aún permanecían algunos soldados en suelo iraní, Truman amenazó con la guerra. Truman concluyó que cuando los soviéticos se enfrentan a una fuerza superior, retroceden, por lo que decidió aprovechar su ventaja. En mayo interrumpió él envió de materiales para reparaciones desde Alemania Occidental, que los soviéticos necesitaban desesperadamente. En julio dejó tropas en Corea del Sur; mientras que, en agosto, decidió mantener presencia naval en el mediterráneo oriental.

La decadencia británica también hizo que el imperialismo estalinista pusiera sus ojos en los estrechos de Turquía, que le darían acceso al Mediterráneo, y que en el Kremlin entendían que era otra de las concesiones que Roosevelt y Churchill le habían otorgado. Pero estas aspiraciones jamás se concretarían. A partir de 1947, Estados Unidos pasó a liderar el domino occidental de la región. Comandó la batalla contra la izquierda griega y se ocupó de la modernización del ejército turco. Pero el congreso era reacio a aprobar el oneroso plan de Truman para estos países, además, los soviéticos habían cesado hacía tiempo sus pruebas militares en el Mediterráneo y la tensión entre ambas naciones había disminuido. Para aprobar su campaña global contra el comunismo, el presidente decidió asustar a la gente convirtiéndola en una lucha entre libertad y totalitarismo. En su intervención ante las dos cámaras del parlamento estadounidense, en marzo de 1947, Truman solicitó cuatrocientos millones para financiar sus planes en Grecia y Turquía, y declaró que había que apoyar “a los pueblos libres que resisten el sojuzgamiento de minorías armadas o las presiones del exterior”. Esta formulación es la que a partir de ese momento paso a conocerse como la Doctrina Truman. El Congreso aprobó el plan. En junio de 1947 Estados Unidos comenzó a enviar personal militar a Grecia. En el mismo año Estados Unidos también reforzó su presencia militar en Turquía, apuntalando la capacidad del gobierno de este país para impedir una ofensiva soviética en la región.

Mientras tanto, en Alemania, a fines de junio de 1948 Estados Unidos aplicó una reforma monetaria en los tres sectores occidentales del Berlín ocupado. La medida fue considerada por los soviéticos como un paso importante hacia la instauración de un Estado occidental alemán independiente y remilitarizado, así como una traición a la promesa estadounidense de que las regiones occidentales (más prosperas) ayudarían económicamente al destruido este del país. También lo tomaron como una descarada provocación directa. Es que el Berlín ocupado por los occidentales se encontraba incrustado en plena zona soviética, a más de ciento cincuenta kilómetros de los territorios alemanes ocupados por Washington, Londres y Paris. Aprovechando esta posición, la URSS cortó los accesos por ferrocarril y carretera, bloqueando Berlín. Stalin adujo que esos accesos se basaban en los acuerdos de guerra que establecían una comisión de control aliada tripartita como autoridad suprema de una Alemania unida; la medida, desde su punto de vista, destruía este marco de consenso, por lo que perdían el derecho de paso.

Truman situó sesenta bombarderos B-29 –en teoría, con capacidad para lanzar bombas atómicas- en bases de Alemania y Gran Bretaña. La crisis se prolongó hasta que el gobierno norteamericano logró una ley en la que se perfilaba la creación de un nuevo Estado alemán en occidente y la creación, en abril de 1949, de la OTAN, con la que, por primera vez en su historia, el país firmaba una alianza militar en tiempos de paz con Europa. En mayo de 1949, solo tras cumplir sus objetivos, Truman accedió a mantener conversaciones sobre el futuro de Alemania; y ahí fue que los soviéticos levantaron el bloqueo. El monopolio atómico había demostrado que Estados Unidos podía conseguir lo que se proponía sin ir a la guerra.

 

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