sábado, 18 de noviembre de 2023

 

¿DE DONDE SACARÁ MASSA LOS VOTOS?

 

En primera instancia, si se analizan los números de la primera vuelta, el ganador debería ser Milei. La suma de votos del candidato de La Libertad Avanza y Patricia Bullrich da 53.8%. No obstante, a pesar de que se puede dar por hecho que gran parte de quienes votaron a la candidata de Juntos por el Cambio, lo harán por Milei, no todos los votos se transferirían mecánicamente. No solo diversos estudios así lo confirman, sino que la posición asumida oficialmente por el Partido Radical así lo indica. La decisión de no apoyar a ninguno de los dos candidatos, sumado al llamado de importantes dirigentes a votar por Massa -como el caso del presidente del partido, que dejó en claro que iba a respaldar al representante de Unión por la Patria-, ponen en duda ese 53.8%.

Casi con seguridad el candidato de La Libertad Avanza cuenta con un 46.86% del electorado, que es la suma del 29.86% de los votos conseguidos por Milei y los 16.81% de Bullrich en las PASO. Habría que ver cuántos votos de esta última podrían llegar a perderse en esta sumatoria, pero debería ser una porción marginal. Por tanto, es solo un pequeño margen el que separa a la ultraderecha de la mayoría. Menos de un 4%. Milei puede encontrar estos votos que les falta en el electorado de los candidatos que quedaron por el camino.

Si bien resulta imposible que todo el 11,19% que optó por Larreta en las primarias se incline por él -si no lo hicieron por la candidata de su partido en octubre, difícilmente lo hagan por una opción aún más extrema-, no obstante, debería captar la mayoría (no la totalidad) del 7% que, si votó a Bullrich, lo que lo dejaría muy cerca de la mayoría. De todas maneras, hay que recordar que Larreta no llamó a votar por Milei.

Más incierto es intentar dilucidar lo que pasará con los votos de Schiaretti. El cordobés casi duplicó su apoyo de una elección a la otra, pasó de 3.71% a 6.73%. Un 3.02% que se parece mucho al caudal de electores de Larreta que no aceptaron darle su confianza a Bullrich. Si eso es cierto, con seguridad habría que descartar que Milei logre captar algo dentro de este segmento. Por lo que el candidato de La Libertad Avanza solo podría acceder al universo de argentinos que eligieron a Schiaretti en las PASO.

En lo que respecta a este caudal de votos, hay que decir que, a priori, difícilmente la mayoría puedan trasladarse a Sergio Massa. El cordobés representa la disidencia peronista, si Massa -una candidatura de derecha que pretendía incorporar a los sectores justicialistas anti kirchneristas- no pudo unificar posiciones con el gobernador de Córdova, nada hace pensar que pueda hacerse con su electorado ahora en segunda vuelta.

A propósito de Massa, en principio, habría que decir que, en situaciones normales, no contaría con ninguna chance de ser elegido. Para los oficialismos, el factor determinante en una elección es su gestión de gobierno, y la administración de Alberto Fernández es un desastre que ha condenado al 40% de los argentinos a la pobreza. El veredicto popular sobre este desempeño es claro, el 36.78% conseguido por el actual ministro de economía es el peor de la historia del peronismo desde su primera elección en 1946. Y eso que presentó solo dos candidaturas. En 2019, Fernández y Lavagna (que declaró su apoyo a Massa) consiguieron en total 54.38 %. De ahí para atrás, siempre hubo un total de tres opciones dentro del peronismo: en 2015 todas sumaron 60.83 %, en 2011 67.93 %, en 2007 54.32 % y en 2003 60.81 %. En las de este año, Massa y Schiaretti alcanzaron un 43.51%.

Si el representante de Unión por la Patria llegase a captar todos estos votantes, aun quedaría a algo menos de 7% de la victoria. Además de las razones ya mencionadas para pensar que no todos los que votaron al cordobés votaran al ex intendente de Tigre, hay que decir que en 2015 el candidato peronista que paso al ballotage solo cosechó 48.66 %, quedando a 12.17% de la sumatoria de todos los candidatos peronistas en primera vuelta.

Del resto de los candidatos que se presentaron en octubre, Massa podría llegar a captar los 2.70% obtenidos por la izquierda. Así y todo, en el improbable escenario de que todo este caudal pase al peronista, alcanzaría el 46.21%. ¿Podrá captar lo suficiente para alcanzar la mayoría dentro del 7% de larretistas que votaron a Bullrich en octubre? Difícil. Los números a Massa no le cierran por ningún lado.

 Sin embargo, a pesar de todo esto, el actual ministro de economía todavía mantiene posibilidades ciertas de transformarse en el nuevo presidente de Argentina. Y la razón es que enfrente se encuentra Milei, un payaso fascista impresentable. De hecho, casi con seguridad, el crecimiento de Unión por la Patria haya sido en gran parte producto del miedo del electorado a Milei (y a Bullrich). El oficialismo pasó del 27.28% en las primarias, al 36.78%, ganando 3.134.450 votos. En comparación, Milei sumó 682.746 más, la candidata de Juntos por el Cambio perdió 516.918 votantes de Larreta y Schiaretti aumentó 887.256. Resulta claro que quien más se benefició de los grandes cambios generados en el escenario electoral por las PASO fue Massa.

Además de la fuerte campaña de miedo contra la candidatura de Milei, la grosera utilización el de la política social del gobierno también aportó para que, probablemente, Massa se quedara con la mayoría de los votos de los partidos que quedaron afuera de la primera ronda, así como el de los nuevos votantes. Si en las elecciones internas el acudió un 70.43% de los habilitados a las urnas, en octubre lo hizo 77.04%. Entre el aumento de la participación y la disminución de votos en blanco y nulos, se sumaron 2.999.093 más votos entre una elección y otra.

Las posibilidades de Massa parecen limitarse a dos escenarios. O bien, a lo conseguido en primera vuelta le suma todo el voto de Bregman en octubre y a quienes votaron a Schiaretti y Larreta en las PASO, lo cual lo posicionaría, aproximadamente, con 14.246.740 contra 11.491.810 de la sumatoria conseguida por Bullrich y Milei en la misma instancia. Además de lo complejo que resulta sumar votos de distintas elecciones -ya que puede ser que todo el trasvase de votos de Larreta a Massa que se intenta calcular ya se haya dado-, como se dijo anteriormente, resulta bastante improbable que el candidato de Unión por la Patria logre captar la totalidad de los electores de Schiaretti y Larreta.

El otro escenario sería que Milei logre más o menos retener sus electores y los de Juntos por el Cambio, es decir, algo así como 14.414.031 votos. En el caso de que Massa pudiese retener el voto de Schiaretti y Bregman, alcanzaría los 12.377.621. Por lo que, para ganar, Unión por la Patria precisaría que 2.036.392 de argentinos que no fueron a votar en octubre, lo hagan ahora en noviembre. Esto implicaría que casi el 83% de los argentinos habilitados concurriesen a las urnas. Teniendo en cuenta que en las últimas dos presidenciales la participación se movió entre el 80.77% y el 81.33%, y que hay que irse hasta las de 1999 para superar el 82%, las posibilidades de Massa en este escenario hipotético también parecen complicadas. Porque además precisa que este aumento se vuelque exclusivamente hacia su candidatura. Pero, así y todo, no es imposible que se transforme en el próximo presidente de la Argentina. En Estados Unidos la participación subió un 11.2% para que Biden le ganara a otro payaso fascista en 2020. Claro, que esto sucedió después de que Trump gobernara 4 años.

 

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