miércoles, 22 de enero de 2025

 

SIRIA: OTRA DERROTA RUSA A MANOS DE ESTADOS UNIDOS (II)

 

TURQUIA Y EL HTS

Como en la mayoría de las guerras e intervenciones que lidera, Estados Unidos no trabaja en solitario. Sus aliados siempre asumen una parte del esfuerzo (financiero y en vidas humanas) que suponen estas operaciones. La hegemonía de Washington se sustenta, en parte, en un sistema de alianzas que abarca a casi todas las potencias continentales; de esta manera, su poderío ha sido incontestable en los últimos casi cien años.

La asociación de Estados Unidos con los yihadistas del Hayat Tahrir al Sham (HTS) queda en evidencia con el papel jugado por Turquía. Ankara, por tratarse de una potencia regional, y por compartir frontera con Siria, ha tenido un rol destacado en el apoyo a la oposición y, por tanto, en el derrocamiento de Bashar Al Assad.

Turquía controla una franja del norte de Siria, una zona fronteriza con su propio territorio, donde ha desplegado sus propias tropas, así como milicias que patrocina. De esta manera, actualmente domina la región que va desde Afrin hasta Jarablus, en el margen oeste del río Éufrates; y los territorios desde Tell Abyad hasta Ras al Ayn en el este. Con el apoyo de Ankara, es el Ejercito Nacional Sirio (ENS), el grupo que controla esta zona, como parte de la autoridad administrativa denominada Gobierno Provisional Sirio.    

Turquía ha sido uno de los principales patrocinadores de la oposición siria desde los primeros días de la guerra. El ENS es como se conoce desde 2017 a la entidad que nuclea a una serie de grupos que operan en el norte del país respaldados por el gobierno de Erdogan. Esta coalición incorporó a muchos miembros del Ejército Libre Sirio (ELS), el primero que se creó en 2011 por oficiales desertores del ejército para luchar contra el régimen de Bashar al Assad, y que fue financiado desde el principio por occidente.

El ENS está compuesto también por grupos directamente vinculados al ejército turco o a la inteligencia de ese país, como la División Sultán Murad, y otros grupos con afiliaciones a los Hermanos Musulmanes y Qatar.

En el Ejército Nacional Sirio también está integrado el Frente de LiberaciónNacional, al que pertenecen facciones como Ahrar al Sham, cuyos objetivos declarados son “derrocar al régimen (de Assad)” y “establecer un Estado islámico regido por la sharia”, según la CNN. El mismo medio también asegura que, “expertos consideran que Ahrar al Sham es un grupo islamista moderado”.

El protagonismo turco en el conflicto sirio, y su respaldo a las milicias que buscaban deponer a Al Assad, fue tal, que asumió la representación de las fuerzas de la oposición en las negociaciones con Rusia durante varios años en la última década. Si el HTS y los grupos respaldados por Turquía pudieron establecerse y prosperar en Idlib, fue gracias a que Ankara negocio con Rusia un alto al fuego en 2020 que detuvo un intento del gobierno sirio de recuperar la provincia.

El acuerdo se dio en el marco de las conversaciones en la capital kazaja, Astaná, iniciado en 2017 entre Turquía, Rusia e Irán, en el cual llegaron a un acuerdo para establecer zonas de distensión, incluida Idlib, con el objetivo de detener los combates. Al año siguiente, Rusia y Turquía acordaron crear una zona de amortiguamiento desmilitarizada en la provincia de Idlib para separar a las fuerzas gubernamentales de los combatientes estacionados allí.  

Idlib era considerada uno de los últimos bastiones de la insurgencia siria. Ha estado controlada por varias facciones rivales de la oposición desde que las fuerzas gubernamentales perdieron su control en 2015. Su dominio era tal que pudieron establecer una administración que cumplía las todas las funciones estatales, llamada Gobierno de Salvación.

Idlib se transformó en el bastión de HTS. La provincia se encuentra en el noroeste de Siria, debajo de los territorios ocupados por Turquía y sus aliados. El grupo yihadista controlaba gran parte de este territorio, sin embargo, otras organizaciones respaldadas por Ankara -incluidas las propias fuerzas otomanas- también hicieron su base allí.

Sin embargo, la BBC afirma en algunos artículos que el HTS obligó a la mayoría de los militantes respaldados por Turquía a salir de Idlib.  

La prensaoccidental afirma que Turquía no apoya a los yihadistas del HTS. Ali Bilgic, profesor de relaciones internacionales y política de Medio Oriente de la Universidad de Loughborough, le dijo a la BBC: “El HTS no está apoyado directamente por Turquía. De hecho, Ankara también considera a HTS una organización terrorista, igual que EEUU y Reino Unido. Pero, aunque no sabemos cómo ha ayudado a HTS en su ofensiva, lo que sí sabemos es que Turquía le ha ayudado a deshacerse de sus credenciales islamistas y a convertirse en una organización más política y más moderada”.

El blanqueo de la organización islamista por parte de Ankara es público y notorio. Pero tambien sus contactos. En una entrevista concedida a France 24 el 20 de diciembre de 2024, el ministro de Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, al ser consultado acerca de por qué Turquía no había excluido aún de su lista de organizaciones terroristas al HTS, aseguró: “Observamos las decisiones del Consejo de Seguridad de la ONU. Estamos teniendo ahora una situación única en la que la legalidad y la practicidad se contradicen aquí. Porque, en la práctica, hemos visto al HTS durante los últimos 10 años, y no se implica en ninguna actividad terrorista. Y esto fue bastante bien documentado, no solo por nosotros, sino también por las agencias de inteligencia occidentales”.

Inmediatamente, el entrevistador le consultó directamente sobre si habían tenido contactos con el líder del HTS. Y si estos ¿Habían sido útiles para luchar contra grupos terroristas como Dáesh o Al-Qaeda? “¿Han colaborado con usted y con funcionarios occidentales para demostrar que ya no son terroristas, sino que realmente cooperan contra los grupos terroristas?”, le inquirió.

“Sí, efectivamente, en gran medida. Hemos tenido una excelente cooperación en el intercambio de inteligencia para luchar especialmente contra el liderazgo del Dáesh. Nos ayudaron mucho, pero debido a las sensibilidades, no lo hicimos público en ese momento. Pero a lo largo de los años cooperaron con nosotros en el suministro de inteligencia sobre Dáesh y organizaciones relacionadas con Al-Qaeda”.

En cuanto a la ofensiva que derroco a la dictadura siria. La CNN asegura que el “HTS no parece tener el apoyo abierto de Turquía, adversario de Al Assad, pero los funcionarios estadounidenses creen que Turquía dio luz verde al grupo para lanzar su operación”.

En tanto que la BBC señaló que, “varios analistas indicaron que Turquía probablemente dio su aprobación tácita a la ofensiva de HTS, con el presidente Recep Tayyip Erdogan expresando su apoyo al avance rebelde”.

Según la agencia Reuters, la oposición observó en la debilidad de los principales aliados de Al Assad -Irán y Hezbolá gravemente disminuidos por el conflicto con Israel; y Rusia totalmente abocada a Ucrania- la oportunidad de tumbar el régimen. Para esto, las milicias entendieron que debían notificar primero a Turquía, le aseguraron a Reuters dos fuentes, un miembro de la oposición siria y un diplomático en la región.

El integrante de la oposición, le dijo a la agencia que los rebeldes habían mostrado a Ankara detalles de la planificación, al percibir un endurecimiento de la postura de la administración de Erdogan hacia Al Assad a principios de este año, luego de que fracasaran una de las tantas conversaciones entre las partes. El mensaje era: “Ese otro camino no ha funcionado durante años, así que pruebe el nuestro. No tienes que hacer nada, simplemente no intervengas”.

Por su parte, Hadi Al-Bahra, jefe de la Coalición Nacional Siria -representante de la oposición siria reconocida internacionalmente-, dijo a Reuters que el HTS y el ENS habían tenido una planificación conjunta “limitada” de cara a la operación y que habían acordado “cooperar y no chocar entre sí”. También agregó, que el ejército turco vio lo que los grupos armados estaban haciendo y discutiendo.

A propósito de esto, el ministro de Relaciones Exteriores turco, Hakan Fidan, dijo -el domingo 8 de diciembre en Doha- que su país “sabía que algo se avecinaba”. Un día antes, su viceministro, Nuh Yilmaz, había declarado en una conferencia sobre asuntos de Medio Oriente en Bahréin, que Ankara no estaba detrás de la ofensiva y que no había dado consentimiento.

Lo cierto es que las fuerzas turcas si coordinaban con el HTS. Luego de una importante campaña del gobierno sirio en abril del 2019 contra territorio controlado por los rebeldes en el noreste -en particular en la provincia de Idlib-, estos crearon el Al Fath Al Mubin en mayo de ese año. El grupo era una alianza de milicias islamistas (yihadistas, los llama la BBC) que operaban en el norte de Siria, en particular en la provincia de Idlib. La organización incluía -entre otros- al HTS y al ya mencionado Frente de Liberación Nacional, respaldado por Turquía e integrado al ENS.

Renombrada como Comando de Operaciones Militares, la coalición fue señalada en un principio como la responsable de derrocar al régimen de Al Assad, antes de que el HTS cobrara todo el protagonismo. “La coalición rebelde siria es una nueva agrupación llamada ‘Comando de Operaciones Militares’. Está formada por varias facciones islamistas y moderadas que, a pesar de sus diferencias, están unidas en la lucha contra el régimen de Asad, ISIS y las milicias apoyadas por Irán”, señaló la CNN el 9 de diciembre pasado.

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