SIRIA: OTRA DERROTA RUSA A MANOS DE ESTADOS UNIDOS (VI)
OBJETIVOS COMUNES DE EEUU E ISLAMISTAS
No se trata de negar las diferencias entre Estados
Unidos y los extremistas que ahora gobiernan siria. Es cierto que existen entre
ellos posiciones e intereses contradictorios. Sin embargo, la alianza entre
occidente y los yihadistas fue posible gracias a que perseguían objetivos
comunes. El futuro de esta asociación, como indica la historia,
dependerá de los planes de Washington; en lo que respecta a los islamistas, los
intentos por congraciarse con los estadounidenses son elocuentes.
En un documental de la PBS del 2021 el ahora nuevo
mandatario sirio, Ahmed Al Sharaa, rechazó la designación de terrorista hacia
él y hacia el Hayat Tahrir al-Sham (HTS), asegurando que su grupo no supone una
“amenaza de seguridad para Europa y Estados Unidos”. En el mismo documental, el
entonces Representante Especial de Estados Unidos para Siria, James Jeffrey,
reveló que recibieron mensajes desde el HTS, en los cuales los insurgentes
afirmaban: “Queremos ser sus amigos. No somos terroristas. Sólo estamos
luchando contra Assad”.
Justo después de derrocar al régimen de Al Assad, en
su discurso de la Mezquita de los Omeya del 8 de diciembre de 2024, el líder
del HTS expresó, con respecto a Estados Unidos, que “sus intereses son
comprendidos en la nueva Siria”.
Ya asentado
el poder, el 20 de enero, Al Sharaa felicitó a Donald Trump por su investidura.
“Estamos seguros de que él es el líder que traerá la paz al Medio Oriente y
restablecerá la estabilidad en la región”, mencionó. Y añadió que espera
mejorar las relaciones entre los dos países.
A principios de febrero el nuevo mandatario sirio le
concedió una entrevista a The Economist, en la que volvió a afirmar su voluntad
de restablecer los lazos con Washington en los próximos días. También reiteró
sus elogios para con el Republicano: “Creo que el presidente Trump busca la paz
en la zona, y es una prioridad máxima levantar las sanciones. Los Estados
Unidos de América no tienen ningún interés en mantener el sufrimiento del
pueblo sirio”.
Además de la mención a las sanciones, tampoco soslayó otro tema sensible; las tropas del Pentágono en su país. “A la luz del nuevo
estado sirio, creo que cualquier presencia militar ilegal no debería continuar.
Cualquier presencia militar en un estado soberano debería tener lugar bajo un
cierto acuerdo, y no ha habido tal acuerdo entre nosotros y los Estados Unidos
de América”.
Como bien explica la CNN, los yihadistas del HTS buscaron
en todo momento congraciarse con Washington: “Jolani (Sharaa) se esmeró en su
carrera hacia Damasco para asegurarse de que el presidente de Estados Unidos
Joe Biden e incluso el presidente electo Donald Trump conozcan sus intenciones.
No es casualidad que eligiera una cadena de televisión estadounidense, CNN, y
no una árabe, para una entrevista clave en los días previos a derrocar a Al Assad,
en la que afirmó que se había distanciado de otros yihadistas debido a sus
tácticas brutales”.
En el viejo
continente entienden los mismo. Euro News comentaba: “La Administración de Al
Sharaa está trabajando para conseguir que los países occidentales retiren las
sanciones impuestas en los últimos años contra el desaparecido régimen. La
Administración islamista trata de ofrecer una imagen moderada y prooccidental
desde la caída de los Al Assad, permitiendo el paso y la labor de los
periodistas en el país, así como la presencia de mandatarios extranjeros”.
Las diferencias entre miembros de un mismo bando se
expresan claramente en la relación del nuevo gobierno sirio con Israel. Al
Sharaa nunca intentó ocultarlas, sin embargo, en su primera alusión a Israel, dejó
en claro que no buscaba entrar en conflicto con el país hebreo.
En una entrevista con Siria TV el 14 de diciembre, el
líder de HTS fue consultado sobre la campaña militar de Tel Aviv en su país.
“Los argumentos israelíes se han vuelto débiles y ya no justifican sus
recientes violaciones. Los israelíes claramente han cruzado las líneas de
compromiso en Siria, lo que plantea una amenaza de escalada injustificada en la
región”.
No obstante, a continuación, aclaró –sin mencionar
específicamente a Israel- que “la situación de Siria, cansada de la guerra,
después de años de conflicto, no permite nuevas confrontaciones. La prioridad
en esta etapa es la reconstrucción y la estabilidad, no verse arrastrada a
disputas que podrían conducir a una mayor destrucción”.
El 16 de enero de 2025 Al Sharaa dijo que su país estaba
dispuesto a recibir a las fuerzas de la ONU en la zona de contención de los
Altos del Golán. El nuevo mandatario le señaló a Reuters: “El avance de Israel
en la región se debió a la presencia de las milicias iraníes y de Hezbolá.
Después de la liberación de Damasco, creo que no tienen ninguna presencia en
absoluto. Son pretextos que Israel está utilizando hoy para avanzar en las
regiones sirias, en la zona de contención”.
En la mencionada entrevista con el The Economist también
se le consultó sobre la normalización las relaciones con Tel Aviv. “Queremos la
paz con todas las partes”, aseguró, pero no negó sus resquemores. “Tenemos
muchas prioridades por delante, por lo que es demasiado pronto para discutir un
asunto así porque requiere una amplia opinión pública. También requiere muchos
procedimientos y leyes para poder discutirlo, y para ser honestos, aún no lo
hemos considerado”, comentó.
Sin soslayar la historia que enemista al mundo árabe y
a los islamistas con Israel,
en Tel Aviv seguramente tengan la certeza de que, al igual que las monarquías
árabes,
Turquía y el resto de los aliados estadounidenses en la región, los sirios
serán socios confiables que respetaran sus intereses y no supondrán una amenaza real más allá de alguna declaración altisonante.
Por el contrario, los lazos con Turquía parecen carecer
de toda rispidez. El 4 de febrero el presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan,
recibió a Al Sharaa, en lo que fue su segunda visita oficial al extranjero, después de su viaje
a Arabia Saudita. En esa instancia, el nuevo líder sirio dijo que Turquía y
Siria estaban planeando una “estrategia conjunta” en materia de seguridad:
“Discutimos las amenazas que impedirían la unidad de las tierras sirias en el
noreste de Siria”, aludiendo a la presencia de las fuerzas kurdas en la
frontera entre ambos países.
Al Sharaa afirmó que el pueblo sirio “nunca olvidará
el apoyo histórico de Turquía” a lo largo de la revolución. “Extiendo mi
gratitud al presidente Erdogan por esta postura. El pueblo sirio nunca olvidará
lo que Turquía ha hecho por Siria en los últimos años”, agregó.
También destacó los profundos lazos históricos entre ambos
países, y señaló que “la revolución siria y el compromiso de Turquía con ella
han fortalecido estas relaciones”. A su vez, describió los vínculos actuales
como “fraternales y excepcionales”, y destacó la necesidad de transformarlos en
una “asociación estratégica profunda en todos los sectores”.
Similar es la situación con las monarquías árabes. A propósito
de Arabia Saudita, mencionó que tiene un gran papel que desempeñar en el futuro
de Siria. En su
visita al Riad de febrero de 2025 -su primera visita al extranjero- refrendó
estas palabras al
constatar la “voluntad real” de los saudíes de “apoyar a Siria
en la construcción de su futuro”, según consignó un comunicado divulgado por Damasco.
“Hablamos de grandes proyectos para el futuro, en los
ámbitos de la energía, la educación y la salud, para llegar juntos a una
verdadera asociación que busque preservar la paz y la estabilidad en toda la
región, y mejorar la realidad económica del pueblo sirio”, indicó el dirigente.
En tanto que, el 30 de enero, en el marco de la visita del
Emir de Qatar a Siria -primer jefe de Estado en visitar la nación desde la
caída de Al Assad- el Ministro de Exteriores sirio, Asaad Hassan al-Shibani,
dijo: “El pueblo sirio no olvidará la posición comprometida de Qatar mientras
abrimos un nuevo capítulo en una nueva Siria”.
Por su parte, Al Sharaa tampoco dejó dudas sobre los
enemigos del nuevo régimen sirio. En la mencionada
entrevista con Siria TV, celebraba: “Pudimos poner fin a la presencia iraní en
Siria, pero no somos enemigos del pueblo iraní”. En su discurso de la Mezquita de
los Omeya también había tenido palabras para con Teherán.
“Este nuevo triunfo, mis hermanos, marca un nuevo capítulo en la historia de la
región, una historia llena de peligros (que convirtió) a Siria en un terreno de
juego para las ambiciones iraníes, que difunden el sectarismo y fomentan la
corrupción”.
El líder yihadista señaló que Irán debe “reconsiderar sus cálculos sobre sus
intervenciones en la región”.
Mas cauto se mostró a la hora de referirse al
principal aliado de Al Assad, Rusia. El 28 de enero, luego de mantener la
primera reunión con una delegación rusa tras el cambio de régimen, el gobierno
sirio expresó: “La nueva administración… enfatizó que el restablecimiento de
las relaciones debe abordar los errores pasados, respetar la voluntad del
pueblo sirio y servir a sus intereses”. Según el comunicado, la delegación rusa
mostró su “apoyo a los cambios positivos que se están produciendo en Siria”, y
que en la reunión se abordó “el papel de Rusia en la reconstrucción de la
confianza con el pueblo sirio a través de medidas concretas como la
indemnización, la reconstrucción y la recuperación”.
De acuerdo a fuentes de la nueva administración siria,
Al Sharaa dejó en claro que “no habrá ningún movimiento inmediato contra los
intereses militares rusos”.
La diferencia de poderío entre Rusia e Irán hace que el nuevo régimen no pueda
dispensar el mismo trato a sus enemigos. Además, si bien la derrota en la
guerra claramente deja a los rusos en una posición indefensa, todavía no se
sabe a cabalidad que pasara con sus bases en territorio sirio.
En la entrevista mantenida con
The Economist el 3 de febrero -una semana después del encuentro con la comitiva
eslava-, Al Sharaa dijo que su administración estaba
“reevaluando la presencia militar rusa” en Siria. “Podríamos llegar a un
acuerdo (con ellos) o no, pero de una forma u otra, cualquier presencia militar
debería contar con el consentimiento del estado anfitrión”, dijo.
Durante la Cumbre Mundial de Gobiernos 2025 en Dubái, el
ministro de Exteriores de Siria también se refirió al futuro de lar relaciones
con Rusia e Irán. “Hay mensajes positivos, pero queremos que estos mensajes
positivos se conviertan en una política clara que haga que el pueblo sirio se
sienta tranquilo”.
“Hay mensajes claros de respeto hacia la nueva
administración siria y hacia la soberanía del pueblo sirio, pero como les dije,
hay heridas en el pueblo sirio y hay dolor que el pueblo sirio ha sufrido a
manos de estos dos países”, añadió.
El 12 de febrero presidente ruso mantuvo una
conversación telefónica con Al Sharaa, su primera comunicación con el nuevo
líder. Según informó la presidencia siria, Putin habría invitado al ministro de
Exteriores sirio, Asaad Hassan al-Shibani, a visitar Moscú; y le habría
transmitido que estaba dispuesto a reconsiderar los acuerdos firmados entre
ambos países bajo el gobierno de Al Assad.