lunes, 20 de octubre de 2025

 

GUERRA CONTRA ISRAEL: OTRA DERROTA DE IRÁN (VIII)

 

ATAQUE IRANÍ A BASE ESTADOUNIDENSE EN QATAR (I)

En los días previos al ataque estadounidense, el gobierno iraní advirtió que, de concretarse este, su respuesta seria decisiva.

El 18 de julio, cuando ya habían comenzado a circular los informes de que Trump estaba considerando actuar militarmente contra las instalaciones nucleares iraníes, la televisión estatal de este país leyó una declaración del ayatolá Alí Jamenei, en la cual este avisaba de que “las pérdidas que sufrirán en este sentido serán mucho mayores que las que podría sufrir Irán. La pérdida para Estados Unidos, si entra en este campo -si entra militarmente-, será, sin duda, una pérdida irrecuperable”.

Una vez consumado el bombardeo, el comandante en jefe del Ejército de Irán, el general de división Amir Hatami, afirmó, el 23 de junio, que cada vez que EEUU cometió crímenes contra Irán en el pasado, ha “recibido una respuesta contundente, y esta vez también será así”.

Ese mismo día, el portavoz del Cuartel General de Jatam al-Anbiya, el teniente coronel Ebrahim Zolfaghari, dijo que los norteamericanos enfrentarán “consecuencias graves, lamentables e impredecibles, con operaciones poderosas y selectivas”.

A pesar de estas declaraciones, lo cierto es que la respuesta de los iraníes al primer ataque de Estados Unidos a su territorio (los estadounidenses ya habían atacado barcos de guerra y plataformas petroleras iraníes en el golfo pérsico en 1987 y 1988, durante la guerra de los persas contra los iraquíes) -que golpeó fuertemente tres de los principales centros de su industria nuclear- quedó bastante lejos de lo prometido por sus dirigentes.

Teherán apuntó hacia uno de los objetivos más importantes del Pentágono en la región. Esto no es cosa menor. Irán disparó 14 misiles balísticos sobre la base aérea de Al Udeid, en Qatar.

Se trata del emplazamiento más grande de Washington en medio oriente. Alberga un cuartel de avanzada del Comando Central de Estados Unidos (CETCOM) y al Centro de Operaciones Aéreas Combinadas. Este último, es el que controla todas las operaciones militares de los norteamericanos en Afganistán, Iraq, Siria y otros 18 países.

La base de Al Udeid es también sede de la 379° Ala Aérea Expedicionaria. Esta unidad, compuesta por varios escuadrones, cuenta con unos 100 aviones en Qatar, incluyendo aeronaves de combate, transporte, inteligencia y reabastecimiento (bombarderos B-1 y B-52, cazas F-16, y aviones de transporte C-17 han operado desde la base).

En Al Udeid están desplegados unos 11.000 soldados (incluyendo personal de la Fuerza Aérea, la Marina y el Ejército), y cuenta con una de las pistas de aterrizaje más largas en la región.

El ataque, fue una acción importante de Irán: fue el segundo ataque de los persas a bases militares norteamericanas, luego del de 2020 a dos instalaciones en Irak, en respuesta al asesinato del comandante Qasem Soleimani. No obstante, se trató de una medida más efectista que efectiva, puesto que no buscó generar daño a la posición estadounidense. Así fue que las instalaciones casi no fueron afectadas, al igual que la flota de aeronaves, y mucho menos se registraron pérdidas humanas.  

Los iranies no podían dejar sin respuesta el bombardeo de sus instalaciones nucleares, pero tampoco podían escalar el conflicto con la primera potencia militar del mundo. Fue por eso que los gobernantes de la república islámica decidieron avisarle a sus pares en Washington que iban a tomar represalia contra Al Udeid antes de lanzar los misiles.

De acuerdo con el Teherán Times, Irán informó a Estados Unidos sobre el ataque con 12 horas de antelación. Sin embargo, la fuente contactada por este medio, aseguró que en la advertencia no se había mencionado específicamente ningún emplazamiento. “Después de nuestra advertencia, evacuaron sus bases en Asia occidental por miedo”, añadió la fuente.

En realidad, la evacuación de los destacamentos por parte del Pentágono (en particular la de Al Udeid) había comenzado con anterioridad, algo de lo que -sin confirmar- dieron cuenta los medios iranies. En Teherán sabían de esto, y ciertamente lo tuvieron en cuenta a la hora de llevar a cabo su limitada respuesta.

La prensa estadounidense dio cuenta el 18 de junio que imágenes satelitales parecían indicar que Al Udeid se encontraba prácticamente vacía. También se informó que la Armada había trasladado activos fuera de Bahréin ante cualquier posible ataque iraní.  

Russia Today también señaló que, de acuerdo a medios especializados, la mayoría de las aeronaves de la base habían sido trasladadas a instalaciones en Europa y oriente medio hace unas semanas ante la posibilidad de un ataque iraní. 

La BBC hizo lo propio el 23 de junio, cuando publicó que, en los últimos días, imágenes satelitales daban cuenta de que Washington había retirado decenas de aeronaves de las pistas de Al Udeid.  

De una cuarentena de aviones que podían verse en imágenes publicadas por Planet Labs el 5 de junio -entre ellos Hércules C-130 de transporte y aviones de reconocimiento-, dos semanas después solo quedaban tres aeronaves.

El 26 de junio, en tanto, el general de la Fuerza Aérea estadounidense Dan Caine, jefe del Estado Mayor Conjunto, declaró que, el mismo día del ataque, “comenzamos a recibir indicaciones y advertencias de que Irán tenía la intención de atacar las bases estadounidenses en la región esa mañana”.

Caine explicó que, “la mayoría de la gente se había mudado de la base para ampliar el perímetro de seguridad, lejos de lo que consideramos que podría ser una zona objetivo”. Por lo que al momento del ataque “solo quedaban dos baterías Patriot en la base, aproximadamente 44 soldados estadounidenses responsables de defender toda la base”.

Trump calificó la represalia de los iranies como “una respuesta muy débil, algo que esperábamos y que hemos contrarrestado con gran eficacia. Se han disparado 14 misiles: 13 fueron derribados y uno fue liberado, ya que se dirigía en una dirección no amenazante. Me complace informar que ningún estadounidense resultó herido y que prácticamente no se produjeron daños”. El mandatario agregó: “Quiero agradecer a Irán por avisarnos con antelación, lo que permitió que no se perdieran vidas ni que nadie resultara herido”.

Dos días después, desde la cumbre de la OTAN en la Haya, volvió a insistir: “¿Vieron que nos dispararon 14 misiles el otro día? y fueron muy amables”, dijo sobre los persas. “Nos avisaron. Dijeron: 'Vamos a dispararles. ¿Es a la una en punto, de acuerdo?'. Dijeron: 'Está bien'. Y evacuaron a todos de la base para que no pudieran resultar heridos, excepto a los artilleros. Se llaman artilleros y tenían 14 misiles de alta tecnología que fueron disparados contra la base de Catar. Los 14, como saben, fueron derribados por nuestro equipo”.

Pero el presidente estadounidense mintió descaradamente. El Pentágono informó el 11 de julio que un misil iraní había alcanzado la base. “El impacto causó daños mínimos a equipos y estructuras de la base”, señaló el portavoz principal del Departamento de Defensa, Sean Parnell. “La base aérea de Al Udeid sigue siendo plenamente operativa y capaz de llevar a cabo su misión”, aseguró.

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